¿Qué necesitas?
Definido nuestro objeto de estudio y formuladas las preguntas a las que vamos a tratar de dar respuesta con nuestra investigación, llamamos fuentes primarias a los escritos, objetos, imágenes, gráficos… relacionados con los y las protagonistas, acontecimientos, espacios, periodos, discursos, prácticas… estudiados, que nos van a permitir dar respuesta a nuestras preguntas; mientras que denominamos fuentes secundarias a los estudios que previamente se han ocupado de nuestro objeto de estudio o alguno de sus aspectos, en los que nos hemos inspirado para formular nuestras preguntas y con los que contrastamos nuestras respuestas. La condición de primaria o secundaria no es inherente a la fuente sino a la posición que ocupa en nuestra investigación y el modo en que se vinculan a nuestras preguntas y respuestas. Del mismo modo, aunque hemos organizado los recursos de búsqueda de información en dos grandes grupos, en función del tipo de fuentes, primarias o secundarias, para cuya búsqueda son más apropiadas, podemos encontrar recursos que pueden servir indistintamente para unas y otras. El catálogo de una biblioteca nacional es un ejemplo de ello, pues nos permite encontrar desde incunables hasta el último libro publicado en un determinado país.